Pilares de la seducción en las aves

 

La seducción en las aves

Cuando las aves me enseñaron a mirar más despacio

Hay días en que la naturaleza parece enviarnos señales muy sutiles, casi como si quisiera hablarnos en un lenguaje antiguo que solo se revela cuando dejamos de correr. Así nació este video sobre los pilares de la seducción en las aves… no de un gran plan, sino de una serie de pequeñas notificaciones que me fueron tocando el hombro una tras otra.

Una mañana, por ejemplo, mientras revisaba mi cámara antes de salir, escuché un canto insistente. No era el típico reclamo por territorio ni el aviso de alarma; tenía un ritmo diferente, casi una melodía. Me asomé y vi a un pequeño Bienteveo (Pitangus sulfuratus) macho saltando entre las ramas, inflando el pecho, girando en círculos como si ejecutara un ensayo de baile. En ese instante recordé algo que la vida me había enseñado cientos de veces: las aves no se mueven porque sí, todo tiene un propósito, incluso aquello que parece un capricho del viento.

Otro día encontré un abanico pechiblanco (Myioborus miniatus) llevando ramitas una por una. al nido, que tenían muy bien camuflado al lado de un barranco, Iba y venía sin pausa, con una disciplina casi sagrada que me permitio tomar un minivideo sin que se asustara, Me quedé observándola, sin hablar ni moverme, como quien teme interrumpir un ritual sagrado. En esos movimientos repetidos, en la paciencia infinita, comprendí que la construcción de un nido es más que un trabajo: es una promesa. Un acto de fe en un futuro que todavía no existe..

Y así, entre pequeñas historias como estas, comprendí que los comportamientos de seducción, cortejo y anidación no son eventos aislados, sino capítulos enteros de una narrativa más grande: la lucha silenciosa por la continuidad de la vida.

Cuando uno pajarea con verdadera atención, algo se transforma por dentro. Dejas de ver simples aves para comenzar a ver personajes, cada uno con su propio papel: el zorzal serenatero que canta aún bajo la lluvia; la hembra astuta que examina cada pluma, cada movimiento, para elegir al mejor compañero posible; la pareja que se reparte tareas como si llevaran años ensayando; los polluelos de Mirla ollera (Turdus ignobilis) escondido dentro de su nido en la matera colocada en el alar de casa de campo de Don Carlos, que se convierte en un milagro que exige cuidado, valentía y ternura..



Hay nidos que se pierden y otros que renacen. Hay parejas que fallan y otras que cuidan a sus crías como si el mundo dependiera de ello. Y en todos esos detalles, uno descubre algo más: que para entender a las aves no basta con mirar; hay que acompañarlas, seguirlas cuando se pueda, volver a sus territorios, ver cómo evoluciona su historia, ser un testigo respetuoso de sus triunfos y sus fragilidades.

Este video —y esta nota— son un homenaje a esas pequeñas revelaciones que la naturaleza me fue entregando como migas de pan en el camino. A esas notificaciones que solo recibe quien tiene la disposición de escuchar sin prisa.

Porque al final, cuando contemplamos el cortejo, la danza, los regalos, los cantos y los nidos, no estamos viendo solo estrategias evolutivas. Estamos viendo un recordatorio de algo que quizás también olvidamos en nuestra vida diaria:

Y es que toda relación verdadera necesita dedicación, que toda unión requiere un gesto de belleza y que toda esperanza empieza con un esfuerzo humilde, igual que una ramita colocada en su sitio para empezar un hogar.

Observar aves no es solo un pasatiempo. Es una forma de aprender a mirar de nuevo el mundo… y a mirar dentro de nosotros mismos.

Reglas del Bosque

Por qué decidí dejar que la naturaleza me enseñe sus reglas

Por que un Buho ataca a un polluelo de gavilan

Entender por qué una especie ataca o mata a otra no es solo una cuestión biológica, sino también asomarse a una ventana para ver cómo funciona el equilibrio profundo de los ecosistemas.

Entiendo que en la naturaleza, toda interacción, cooperación, competencia o depredación puede hacer parte de un sistema autorregulado.

Cuando una especie caza o mata a otra, no lo hace por maldad, sino para mantener el flujo de energía dentro del ecosistema. Un búho del Parque de la vida,  cazando un ratón, una cria de Daptrius (Gavilan) o de guatin abundante en sus proximidades, obtiene alimento (energía), mientras que se regulan las poblaciones de ratón, gavilán o guatin y las plantas se benefician porque hay menos herbívoros que las dañen.

En la naturaleza, la muerte es una forma de continuidad, no un fin

Es decir, existe la ley de la necesidad, (de alimento, de procrear la especie, de subsistir, de tener y proteger territorio), no de la crueldad. A diferencia del ser humano, los animales no matan por placer, poder o venganza sino responde en los animales a los impulsos instintivos de supervivencia mencionados

Por ejemplo, un lobo ataca a un ciervo débil no por crueldad, sino porque elige el blanco más fácil, lo que además mantiene al rebaño más fuerte y sano.

Se podría asumir que el instinto de matar es parte de la selección natural puesto que preserva los individuos más adaptados al medio.

Muchas especies no cazan por alimento, sino por defensa de su territorio o alimento, Las agresiones pueden deberse a: Protección del nido o las crías (aves, mamíferos, insectos), Competencia por un territorio fértil o un refugio. y por amenazas percibidas (aunque no sean reales).

Por ejemplo un mochuelo (Sporophila) puede atacar a un intruso, inclusive mayor, si se siente invadido durante la época de cría. No es casual el dicho de "que todo gavilán tiene su siriri" (Tyrannus), refiriendose a los progenitores de los nidos que ataca

Aunque parezca cruel, la muerte sostiene la vida puesto que los cadáveres alimentan insectos, hongos y microorganismos que fertilizan el suelo, y así nacen nuevas plantas, que alimentan a herbívoros, y por supuesto, el ciclo continúa.

En la naturaleza no hay desperdicio; todo ser vivo tiene un propósito en la red de la vida. es mas; Cada bosque tiene su propia “ética”: si una especie predadora desaparece, otras crecen sin control y el ecosistema colapsa.

Por eso, los ataques y muertes que observamos no son violencia, sino equilibrio dinámico: una danza continua de interdependencia que hace que el bosque se mantenga vivo gracias al delicado balance entre creación y destrucción.

Por ejemplo el exterminio de lobos grises en el parque Yellowtone (EEUU) produjo un repoblamiento de ciervos y alces que devoraron la vegetación, los brotes de Sauces y Alamos y por lo tanto desaparecieron los bosques que albergaban castores, aves y anfibios por perdida de habitat y la consecuencia: se degradó el suelo y se favoreció la plaga de insectos y la erosion, hasta que en 1955, los lobos fueron reintroducidos y por lo tanto la cadena trófica volvió a equilibrarse. 

Al respecto acabo de ver la pelicula "Misterio" en Netflix, donde se observa cómo en un lugar de Inglaterra se proteje al Lobo, pagando inclusive a los granjeros por  el valor de los corderos muertos por ataques de estos predadores.

El uso exagerado de pesticidas en nuestro departamento para controlar plagas de insectos que afectan cultivos, tambien afectan drásticamente a las abejas que contribuyen con la polinización de las plantas, no solamente de la flora natural sino tambien de los frutales.

Todo esto me llevó a preparar el video que acabo de presentar.
Espero sus comentarios que seguramente van a enriquecer el tema
Noviembre 2025


  



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