El Quindío es un territorio pequeño en extensión, pero inmenso en diversidad. Su posición geográfica estratégica permite que, en un espacio que no alcanza ni el 1 % del territorio nacional, converjan todos los pisos térmicos, desde el páramo hasta las tierras bajas cálidas, conectados por bosques, ríos, quebradas, senderos y carreteables que hacen posible una observación de aves segura y accesible.
Esa condición excepcional ha dado como resultado un dato que por sí solo habla de su potencial: en el Quindío se registra cerca del 32 % de las aves existentes en Colombia. No es una cifra menor; es la evidencia de un territorio vivo, dinámico y profundamente generoso con la biodiversidad.
Este video fue construido íntegramente con fotografías y registros de video tomados durante múltiples salidas de pajareo junto a amigos y profesores de ornitología. En ese recorrido, casi sin notarlo, reuní más de dos mil imágenes que, vistas en retrospectiva, dejaron de ser un archivo personal para convertirse en una responsabilidad. Una acumulación que ya no podía guardarse en silencio.
Por eso he decidido empezar a compartirlas, en forma de videos, álbumes fotográficos y otros formatos. Porque estas imágenes no me pertenecen: son de la naturaleza, que me ha prestado por instantes sus colores, sus formas y sus encuentros irrepetibles.
En el fondo, este trabajo también responde a un deseo íntimo: rendir un homenaje al Quindío, un territorio que me acogió con calidez y me permitió conocerlo no solo en sus paisajes visibles, sino en esos recovecos escondidos donde las aves revelan la esencia más profunda de la vida silvestre. Finalmente, este video también es una invitación a pensar el territorio más allá de la contemplación. El Quindío es paz cuando se le camina con respeto; es armonía cuando se entiende la relación entre paisaje, biodiversidad y gente. Esa calma que ofrecen sus bosques, ríos y montañas no es solo estética: es una base real para construir futuro.
Ojalá el próximo año sea un tiempo de oportunidades concretas, donde la riqueza natural se traduzca en proyectos sostenibles, en economías locales fuertes y en iniciativas honestas alrededor de la observación de aves, el turismo de naturaleza y la educación ambiental. Un tiempo para crecer sin destruir, para emprender sin depredar.
Y, sobre todo, que sea un año lejos de despotismos y corruptelas, tanto en los gobiernos territoriales como en los nacionales; porque ningún territorio puede florecer de verdad cuando quienes deciden lo hacen de espaldas a la vida, a la gente y a la naturaleza.
Este video nace desde la gratitud, pero también desde la esperanza: la de un Quindío en equilibrio, donde la biodiversidad siga siendo refugio, inspiración y oportunidad compartida.
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